Hoy escribo para pediros algo a vosotros, a los clientes de hotel.
Esta mañana una compañera me ha dicho que ayer, limpiando el cuarto de baño de un cliente, se cortó con su cuchilla de afeitar. Tuvo que comunicarlo inmediatamente a nuestra gobernanta y dar parte a la mutua, la cual le aconsejó que fuese lo antes posible a hacerse una analítica. Ahora, mi compañera tiene que ir a analizar su sangre cada 3 meses durante un año para vigilar que no se haya infectado con alguna enfermedad de transmisión sanguínea.
Por suerte, nunca me ha pasado nada similar pero sí muchas veces haciendo los baños de los clientes me he encontrado con la misma situación; la repisa del lavabo llena de objetos de aseo y las cuchillas de afeitar tentando al accidente. Por eso puedo imaginarme cómo se ha sentido y se sentirá mi compañera cada vez que vaya a sacarse sangre: "¿y si...?" Noto su angustia. Por eso, desde este blog que a penas acaba de echar a andar os pido, por favor, algo que no cuesta nada y que puede evitar situaciones de peligro; ponedle el capuchón a vuestra cuchilla de afeitar, sólo es un segundo y podréis estar salvando una vida.
El riesgo de infección puede que sea ínfimo pero las precauciones nunca sobran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario